Por muchos años pensé que mi camino estaba dirigido a un sólo lugar, estudiar, tener una gran carrera profesional, ser exitosa, ganar mucho dinero y todo lo que forma parte del "sueño americano"; y el camino iba recto y estrecho, sin fallas, todo iba como estaba planeado hasta que un día... Alecito y Héctor Mo.
Traté de seguir el camino, trabajé por unos años, pero mis logros profesionales y mi creciente poder adquisitivo, se veían opacados por mi inmensa necesidad de estar con mis hijos; recibir una llamada a mitad de la tarde diciendo que tu hijo tiene fiebre, y tener una junta decisiva para tu más reciente proyecto, tener que decidir entre ambas es... es una de las cosas más terribles por las que tuve que pasar, decidir entre salvaguardar una vida que yo misma creé, y mi vida profesional que de igual forma forjé, era tan difícil para mí que a veces me era insoportable abandonar la casa.
Veo el mundo en que vivo y estoy consciente que exagero, que no soy ni la primera ni la última mamá que trabaja, mi madre trabajó siempre, y no tuvo esta clase de abatimientos emocionales, o al menos nunca los externó; admiro con todo mi ser a las mujeres que son capaces de realizar todas las actividades que yo realizo, aunadas a una vida profesional exitosa, pero cuando recuerdo los festivales que me perdí, las fiebres que no cuidé, los pasos que no ví... me rehuso a donar la infancia de mis hijos a una niñera.
Hoy en día, dedico las 24 horas del día a cuidar de mis hijos: bañarlos, vestirlos, llevarlos a la escuela, preparar almuerzos, comidas, cenas; llevarlos a actividades extracurriculares, hacer tareas con ellos, recoger juguetes de lugares inesperados, enseñarlos a recoger juguetes de lugares inesperados... Definitivamente es un trabajo de tiempo completo, la paga no es tan mala ya que el Mostro Degenerado Chacal, aka mi esposo, se ocupa de que no nos falte nada; pero es la labor más agotadora que he realizado en mi vida.
No puedo negar que hay días en los que me cuesta mucho trabajo distinguir el lado positivo de estar aquí, ser ama de casa y mamá de tiempo completo es una labor ingrata que pocas veces te hace sentir exitosa o valorada; lo que convierte a la sensación de éxito, en otra labor que realizar: hay que ver el lado hermoso de las cosas, valorar los pequeños detalles e ignorar otros tantos. ¿Creen que la fascinación de las mamás hasta por el más mínimo logro de sus hijos es casualidad? NO LO ES, en esos pequeños y nimios detalles, proyectamos el éxito de nuestra labor de 24 horas, 7 días a la semana. No nos juzguen de ridículas o exageradas, valoren nuestro trabajo.
Ver a Alecito vestido de Mowgli, bailando en el escenario de un teatro, con una infinita confianza; ver a Héctor tratando de platicar con otros niños y entrando en su salón como todo un estudiante, esas pequeños detalles me hacen notar que mi trabajo, puede resultar en dos hombres de bien, y no hay éxito profesional o dinero que se comparen con dejar al mundo dos personas que lo conviertan en un lugar mejor.
Au revoir.